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Con su otoño Velázquez, con su Torre Picasso, su santo y su torero, su Atleti, su Borbón, sus gordas de Botero, sus hoteles de paso, Su taleguito de hash, sus abuelitos al sol. Con su hoguera de nieve, su verbena y su duelo, su dieciocho de julio, su catorce de abril. A mitad de camino entre el infierno y el cielo... yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid. Siempre hay un niño que envejece en Madrid, siempre hay un vuelo de regreso a Madrid.
Esta la has hecho desde la furgo de Cirsa jejejeje, un abrazo
ResponderEliminarEsta y todas las que voy a poner en este blog, a sacar provecho al vehiculo jejeje (espero que gusten)
ResponderEliminarEs buena idea, si señor, así además de enseñarnos la ciudad en la que vivimos (que muchas veces ni nos fijamos por donde pasamos) te entretienes mientras trabajas ;)
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